jueves, 12 de febrero de 2009

Qué opina...

Ayudar aprendiendo

El ser humano tiene la capacidad de aprender a través de la experiencia de otra persona. Es decir, no es necesario que todos cometamos los mismos errores para aprender de un acontecimiento. Con que una persona lo haga y adquiera experiencia, luego a través de nuestra comunicación, se puede transmitir esa experiencia y ese saber.

Cuando empezamos este proyecto que hoy tiene como nombre Río Suena planificamos muchas actividades para hacer y tener en cuenta. Hoy lo seguimos haciendo. Una de las cosas que pensamos como fundamentales para la fundación era que los voluntarios,en su mayoría, fueran estudiantes universitarios. Esto lo pensamos por varias razones, porque los jóvenes tienen mejor adaptación al cambio, porque al ser universitarios tienen una formación que mejoraría las actividades y la más importante, para que la fundación sirva a que los nuevos profesionales tengan o puedan tener una formación más completa desde la solidaridad, desde la ayuda al prójimo y desde conocer otras realidades.

Con el tiempo de cumplir con las actividades, de ir sábado tras sábado a una villa de emergencia o villa miseria o como lo quieran llamar, me fui dando cuenta que, más que completar nuestra formación como universitarios, había que aprender a ayudar. Y para aprender a ayudar hacen falta varias cosas.
Puntualmente voy a hablar de dos cosas que, creo, son las más importantes. La primera, es aprender cuáles son las verdaderas necesidades de las personas a las que queremos ayudar y, como en todo proceso de aprendizaje, en segundo lugar es necesaria una buena dosis de humildad en lo que se emprenda.

Para aprender a ayudar hacen falta estas dos cosas porque reconocer “verdaderamente lo que otra persona necesita” es lo contrario a “lo que nosotros pensamos que otra persona necesita”. Y hace falta humildad porque siempre es necesario saber retroceder en las decisiones y admitir que uno se ha equivocado. Y más humildad hace falta aún para corregir lo que uno ha empezado. Por esto, muchas veces empezamos proyectos y es inevitable que sean fracasos o generen desilusiones en las personas que los llevan adelante. Desilusiones del tipo: “esa gente... son unos desagradecidos”. Por eso, hace falta humildad para saber que nuestras pretensiones o nuestro proyecto, por más esfuerzo que hayamos puesto en él, puede estar equivocadamente planteado y necesita ser corregido.

Sin el consentimiento del beneficiado es muy difícil que podamos determinar correctamente lo que se necesita. No se puede ayudar a “alguien” en “algo” que no quiera se ayudado y menos en algo que no necesita. A su vez, para buscar este consentimiento es fundamental un verdadero acercamiento a la persona. Un sincero acercamiento, sin segundas intenciones. Y sacrificio, o por lo menos estar dispuesto a hacer lo que otra persona necesita. Eso es realmente ayudar. Ayudar es en esta forma entregarse a la necesidad del otro.

Lo importante no es “ayudar aprendiendo”, completar la formación profesional con actividades de solidaridad, sino que lo importante es aprender a ayudar.

Yo espero alguna vez poder lograrlo.

Franco Suau

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La Grandiosa del mes: Claudia

Claudia es una de las cinco integrantes del grupo "Las Grandiosas". Desde Octubre del 2008 es la flamante dueña de un negocio de venta de productos de limpieza que de a poco va creciendo. Nuestra Grandiosa lleva adelante este pequeño sueño no solamente con su esfuerzo, sino con el apoyo de su familia también quienes la ayudan a no bajar los brazos.
Hace unos días la entrevistamos y esto fue lo que nos dijo:

¿Cómo empezaste con el microcrédito? ¿Qué te hizo acercarte a nosotros?
Por medio de otras personas me enteré. Me enteré que habían sacado microcrédito y me enteré cómo era la cuestión.
Quería poner un negocio para empezar yo a trabajar de alguna forma, dentro de la casa.

Y ¿porqué elegiste la fundación?¿Se ajustaba a lo que estabas buscando?
Es que era algo que te daba un préstamo, o algo, para iniciarte en una actividad sin necesitar garantías o todo lo que te piden en otro lado, fué lo que me hizo acercarme. O sea hoy en día tenés que tener recibo de sueldo, miles de garantes que te den una mano cuando vos querés empezar de cero, cuando vos querés empezar con algo. Ustedes tuvieron confianza en nosotras y eso es lo que valoro.

¿Y qué te pareció la metodología, el tema de armar los grupos, de ir armando planillas?
Los grupos son buenos, lo único que tiene es que si una no paga las perjudica a las otras y viste como que una por ahi se esmera en cumplir en seguir con su negocio y por terceros se arruina no pudiendo volver a renovar para agrandar. Y como que una se bajonea por causa de las otras que no dan la cara...

¿Y cómo va el grupo Las Grandiosas?
¡El de nosotras va bien! Por suerte va bien... Por lo menos nosotras vamos bien...

Desde que empezaste a trabajar, empezaste tu emprendimiento, ¿cómo cambió tu vida, tus cosas?
Me alcanza más el dinero (risas), ¡primero que nada! Me manejo ya de otra forma porque tengo otra entrada, para ayudar en casa, para comprar alguna cosa de urgencia. Por ahí no tenemos para la comida y uso la plata del emprendimiento y después la repone mi esposo. El emprendimiento me dio una mano bárbara. Aparte me ayuda a mi autoestima, sentirte útil en algo y ayudar en casa...

Y ¿cómo va tu negocio?
Va bien, renegando por ahí, pero va bien, no hay que bajar los brazos. Sino vos te bajoneas y cerrás... yo tuve una semana que estaba vacío, ya no había plata viste y tuve que volver a empezar. Pero era cuestion de ponerse una meta y decir, sí puedo y quiero vender más cosas y ponerle más cosas y no bajonearse.

¿Tu familia que piensa de todo esto, te ha apoyado?
Si, mi esposo me apoya, es más cuando el puede me da plata para comprarme alguna otra cosita, tengo apoyo de él, porque ve que es una ayuda más en casa y que me hace bien a mi, despejarme...

Muchas gracias Claudia!