Carla Cuello fué una de las primeras mujeres que comenzó con la Fundación en Villa la Tela y fue la primer mujer a la cual se le aprobó el proyecto. Su nuevo trabajo es de encargada de una verdulería/ despensa que instaló en su casa. Charlamos con ella y esto fué lo que nos contó:
¿Cómo se encuentra funcionando actualmente su negocio?
Bien, no es el mejor momento de la situación general, pero desde el momento en que pude reponer mercadería e ir sacando algo de dinero para gastos propios significa que funciona.
¿Cómo cree que influyó el microcrédito en tu negocio?
A través del microcrédito pude agregar a mi negocio más mercadería, incluyendo golosinas y otros artículos que actualmente se estan vendiendo bien y además puedo organizar la administración del negocio a través de planillas, pudiendo saber cuánto gasto y cuánto ingreso tengo.
¿Cuál es su idea para el futuro?
Me gustaría comenzar a vender lacteos, fiambres y fideos sueltos, pienso comprar una heladera exhibidora, también podría comenzar a vender comidas para llevar. En los últimos días pude comprar un carrito para trasladar la bebida en la bicicleta.
¿Le gustaría continuar trabajando con la Fundación?
Me gustaría seguir trabajando con la Fundación y aunque existe la posibilidad de que me vaya del barrio continuaría viniendo porque me gusta la relación que existe entre la Fundación y las emprendedoras. Y siento que el impulso que me dió la Fundación fue muy importante y valoro el compromiso entendiendo que ese compromiso es mutuo de los miembros de la Fundación y de las emprendedoras.
¿Un mensaje para una mujer que no conoce Río Suena?
Que se acerque dispuesta a comprometerse y que de ese modo podrá aprender a tener un negocio y tener a mano un ingreso en su casa, también podrá conocer un grupo de gente nueva y entablar una linda relación.
lunes, 29 de junio de 2009
Qué opina...
Encadenados al valor
“Los jóvenes queremos otra argentina y no vamos a esperar a los 50 para hacer algo por nuestro país”.
Todos, somos el presente y tenemos el futuro en nuestras manos. El momento de trabajar y comprometerse es hoy. El tiempo y la historia nos han demostrado que venimos haciendo mal los deberes, no los individuales, sino los de ciudadanos. Tanto nos hemos concentrado en como crecer que se nos olvido pensar como íbamos a cuidar a nuestro país.
Sumado a esto, las estructuras sobre las que funcionamos se han encargado de mantenernos separados y de marcar las diferencias, en lugar de mostrar los puntos en común y el potencial que podríamos alcanzar.
Hoy lo importante es haber encontrado un punto de partida, la JUCA, un espacio donde los objetivos comunes, los valores y el trabajo son el motor de nuestras decisiones y actividades.
El trabajo en equipo, el disenso constructivo y el complemento son capacidades que buscamos desarrollar y son los pilares sobre los que tendremos que apoyarnos si realmente queremos un país con muchas cabezas pero una sola voz, con muchos corazones, pero un solo latir. Debemos darnos cuenta de que las cosas que se hacen bien, salen bien. Que las cosas bien hechas no tienen ideologías, simplemente funcionan, para unos, para otros, funcionan para todos. Debemos ver al mundo con los ojos bien abiertos, comenzar a descubrir los dogmas que ya no funcionan, los mitos que se llevó el tiempo y ser artífices del nacimiento de nuevos paradigmas.
Somos parte de la sociedad y nos debemos a ésta. Somos una juventud formada por los más diversos sectores sociales. Tenemos ideas y sueños puros, llenos de esperanza. Tenemos ideales fuertes, nos motiva la unión, nos llama el trabajo. Tenemos el legado recibido de la experiencia de nuestros mayores y creemos en el amor. No vamos a esperar hasta los 50 para ser ciudadanos. Conocemos nuestros derechos como jóvenes protagonistas y nos comprometemos con nuestras obligaciones. No podemos esperar que las cosas cambien, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y darnos cuenta que con acciones pequeñas y concretas podemos ayudar a que cada vez más argentinos nos demos cuenta que el poder esta en nuestras manos.
No vamos a esperar hasta los 50 para comprometernos. Es por esto que debemos asumir el desafío de consolidar aquellos valores que permitan construir un nuevo país, basado en el dialogo y la cooperación, respetando las diferencias y fomentando el trabajo en equipo. Para esto queremos trabajar, aportar y participar. Queremos integrar un proyecto que se base, se sustente y apunte al bien común porque creemos firmemente que un modelo de país de desarrollo común
es posible.
“Los jóvenes queremos otra argentina y no vamos a esperar a los 50 para hacer algo por nuestro país”.
Todos, somos el presente y tenemos el futuro en nuestras manos. El momento de trabajar y comprometerse es hoy. El tiempo y la historia nos han demostrado que venimos haciendo mal los deberes, no los individuales, sino los de ciudadanos. Tanto nos hemos concentrado en como crecer que se nos olvido pensar como íbamos a cuidar a nuestro país.
Sumado a esto, las estructuras sobre las que funcionamos se han encargado de mantenernos separados y de marcar las diferencias, en lugar de mostrar los puntos en común y el potencial que podríamos alcanzar.
Hoy lo importante es haber encontrado un punto de partida, la JUCA, un espacio donde los objetivos comunes, los valores y el trabajo son el motor de nuestras decisiones y actividades.
El trabajo en equipo, el disenso constructivo y el complemento son capacidades que buscamos desarrollar y son los pilares sobre los que tendremos que apoyarnos si realmente queremos un país con muchas cabezas pero una sola voz, con muchos corazones, pero un solo latir. Debemos darnos cuenta de que las cosas que se hacen bien, salen bien. Que las cosas bien hechas no tienen ideologías, simplemente funcionan, para unos, para otros, funcionan para todos. Debemos ver al mundo con los ojos bien abiertos, comenzar a descubrir los dogmas que ya no funcionan, los mitos que se llevó el tiempo y ser artífices del nacimiento de nuevos paradigmas.
Somos parte de la sociedad y nos debemos a ésta. Somos una juventud formada por los más diversos sectores sociales. Tenemos ideas y sueños puros, llenos de esperanza. Tenemos ideales fuertes, nos motiva la unión, nos llama el trabajo. Tenemos el legado recibido de la experiencia de nuestros mayores y creemos en el amor. No vamos a esperar hasta los 50 para ser ciudadanos. Conocemos nuestros derechos como jóvenes protagonistas y nos comprometemos con nuestras obligaciones. No podemos esperar que las cosas cambien, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y darnos cuenta que con acciones pequeñas y concretas podemos ayudar a que cada vez más argentinos nos demos cuenta que el poder esta en nuestras manos.
No vamos a esperar hasta los 50 para comprometernos. Es por esto que debemos asumir el desafío de consolidar aquellos valores que permitan construir un nuevo país, basado en el dialogo y la cooperación, respetando las diferencias y fomentando el trabajo en equipo. Para esto queremos trabajar, aportar y participar. Queremos integrar un proyecto que se base, se sustente y apunte al bien común porque creemos firmemente que un modelo de país de desarrollo común
es posible.
María Herminia Rabasedas - Ateneo CARTEZ
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lunes, 8 de junio de 2009
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